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Presentación


Los avances en los últimos años en el conocimiento de la enfermedad de Parkinson (EP) nos han hecho replantearnos cómo y cuándo diagnosticamos la enfermedad. Los criterios siguen siendo fundamentalmente clínicos, y las alteraciones motoras se mantienen como dato cardinal en el diagnóstico. Pero el mejor conocimiento en los últimos años de los signos no motores, así como el desarrollo de nuevas y renovadas pruebas complementarias nos ha ayudado a hacer mejor nuestro trabajo, e incluso a reconocer antes la enfermedad.

Entender la EP como una proteinopatía con una afectación multisistémica, en la que la neurodegeneración a nivel central y periférico produce alteraciones en múltiples neurotransmisores, nos ayuda a comprender el gran número de síntomas y signos que podemos encontrar. También nos ayuda a entender la variabilidad fenotípica de la enfermedad. No existen dos pacientes con la misma EP, por lo que nuestra actitud terapéutica no puede ser tampoco la misma. En nuestra sociedad desarrollada y envejecida, la prevalencia cada vez es mayor, alrededor de un 0,3%, con una incidencia de aproximadamente 13/100.000 habitantes al año. Por tanto, poner el foco en la EP es una apuesta futura y presente por mejorar la calidad de vida en nuestro entorno.

Conocer la EP es el primer paso para vencerla. Y quien más nos enseña día a día son los que la padecen y los que desde el apoyo incondicional los acompañan y adquieren el papel de cuidador. Saber escuchar e interpretar sus síntomas, las claves de la anamnesis y la exploración son el primer paso para el diagnóstico.

Pretendemos que este curso sirva de ayuda y sea útil a todos los médicos implicados en el diagnóstico y seguimiento de los pacientes con EP, y que tienen especial interés en esta enfermedad: que se pueda adaptar y utilizar dentro de las posibilidades y recursos de cada centro, y que sirva de fuente de inspiración para poder mejorar al máximo la atención al paciente. No están todas las pruebas complementarias disponibles, pero sí que se han conseguido reunir todas aquellas que pueden utilizarse en nuestra práctica clínica diaria, y que tenemos la obligación de saber interpretar correctamente. Somos conscientes de que el continuo avance en el desarrollo de las pruebas complementarias, y el hecho de que en poco tiempo tengamos nuevas armas diagnósticas, nos hace aspirar a ser una guía sobre la que habrá que ir actualizando los capítulos de forma continua en el tiempo.

DRA. LYDIA LÓPEZ MANZANARES
Unidad de Trastornos del Movimiento. Servicio de Neurología.
Hospital Universitario de La Princesa. Madrid.